Importante

Nota: Es mi lema frente a la vida, es respetar a los demás, tal y como me gusta que me respeten a mí. Amo a los animales por encima de muchos humanos. Casi siempre me dejo guiar por el corazón, aunque me lleve muchos disgustos. Soy amiga de mis amigos y los defiendo con la mejor arma que tengo, con sinceridad y la verdad. Aun no siendo rencorosa y perdonar con facilidad, aparto sin temblarme el pulso, a las personas toxicas y no perdona la traición a mi amistad. Si no te gusta mi manera de pensar, si no eres defensora/ or, de los animales; no me interesas ni como humano, ni como amigo. Te agradecería que me borraras de tus amigos y salieras de esta página.

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domingo, 26 de enero de 2014

El caso James Barry



El caso James Barry: el ilustre doctor inglés… era una mujer

Nacido en Belfast en fecha incierta (1789 o 1795),James Barry protagonizó uno de los episodios de falsa identidad más espectaculares de la historia. Se doctoró en Medicina por la Universidad de Edimburgo, se especializó en cirugía y fue nombrado asistente médico del Ejército británico. En 1815, lo destinaron a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica; pronto destacó por su brillantez y le nombraron médico personal del gobernador.
Cosechó grandes éxitos profesionales gracias a sus métodos pioneros de higiene y prevención, pero su fuerte temperamento le llevó a enfrentarse con funcionarios y oficiales médicos de la Armada. Pese a ello, Barry fue nombrado inspector médico colonial en 1818. Cuando regresó a Inglaterra, sus hazañas médicas eran bien conocidas –entre ellas, una de las primeras cesáreas exitosas de la historia–. Luego fue enviado a Santa Elena para dirigir el hospital militar, y allí encontró que las condiciones en que se hallaban los enfermos eran “caóticas y desagradables”; aquellos adjetivos le enfrentaron a los oficiales, que hicieron todo lo posible para desprestigiarlo. Tras servir asimismo en Malta, Corfú, Crimea, Jamaica y Canadá, Barry se jubiló en Marylebone (Inglaterra), donde murió en 1865.
Pero cuando lo estaban preparando para el entierro, se descubrió que era en realidad una mujer y que en algún momento de su vida había dado a luz, datos que aireó la prensa y que produjeron un terremoto en el Gobierno. Al parecer, su verdadero nombre era Margaret Ann Bulkley y había recurrido a la impostura para poder dedicarse a la medicina. Pese al escándalo, fue enterrada como James Barry, uno de los médicos más brillantes del Ejército británico.
Más casos de impostores descarados en el reportaje No es quien dice ser, escrito por Fernando Cohnen. Puedes leerlo en el en el número 391 de MUY INTERESANTE.

Noticia de: http://www.muyinteresante.es/

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