Es tan triste, que la misma vida
te arrebate lo que somos.
Es tan triste, no recordar tus manos,
que con tanto esmero me acariciaron.
Es tan triste, mirarte fijamente y
no saber si me quieres hacerme daño o cuidarme.
Es tan triste no recordar quién eres.
Es tan triste, tan triste.
Es tan triste, discutir por tonterías,
tengo la razón o por el contrario la tienes tú,
tendiéndole un pulso a la vida en vez de vivirla,
discutir y hacer las cosas tan grandes, que
al final de la discusión, nadie sabe porque se discutía.
No, no somos conscientes de que la vida es un suspiro y
pasa tan deprisa, me niego a todo ello.
Quiero contemplar la flor que crece,
ver el agua correr por el arroyo, decirte y escuchar, te quiero.
Despertarme y saber que tú eres tú,
vivir la vida hasta que no me quede aliento.
Pero soy consciente de que tal vez, quizás un día,
abra los ojos y no recuerde tu nombre.
Poema inédito de Ana G.
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