Tú
piensas que soy afortunada
de
tenerte a mi lado,
dándome
tus migajas,
de
cuando en cuando,
o
cuando a ti te dé la gana.
Tú,
que crees que no tengo deseos,
de
sentir unos besos ardientes,
de
sentir un cuerpo caliente
en
mi vacía cama.
Tú,
que crees que soy dichosa
con
lo que me das,
que
es bien poco, o a veces nada.
Tú,
que crees que soy feliz
y
me conformo con tan sólo unos
cuantos
besos y un puñado de caricias,
sonriendo
tus gracias.
Te
equivocaste de medio a medio
si
pensaste que me conformaría
con
esas pocas migajas.
Yo
soy como el viento,
cargada
de sensualidad,
despertando
deseos,
por
allá donde vaya.
Yo
soy una mujer que desprende
deseos
por los poros de la piel,
y
que ya se cansó de pedirte ser amada.
Y
ni todas tus caricias,
ni
tan siquiera, los pocos
“te
quiero” de cada mañana,
me
bastan para saciar mi sed,
que
emana desde el fondo de mi alma.
Te
equivocaste de medio a medio
si
pensaste que era eso lo que yo merecía
conformándome
con esas pocas migajas.
Ana G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario