Importante

Nota: Es mi lema frente a la vida, respetar a los demás, tal y como me gusta que me respeten a mí. Amo a los animales por encima de muchos humanos. Casi siempre me dejo guiar por el corazón, aunque me lleve muchos disgustos. Soy amiga de mis amigos y los defiendo con la mejor arma que tengo, con sinceridad y la verdad. Aun no siendo rencorosa y perdonar con facilidad, aparto sin temblarme el pulso, a las personas toxicas y no perdono la traición a dicha amistad. Si no te gusta mi manera de pensar, si no eres defensora/or, de los animales; no me interesas ni como como amigo, ni tan siquiera como humano. Te agradecería que me borraras de tus amigos y salieras de esta página.

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lunes, 24 de febrero de 2014

Tularemia

¿Qué es la Tularemia?

International Science & Engineering Visualization Challenge Para ver todas las fotos haz click aquí La tularemia, o también llamada “fiebre de los conejos”, es una enfermedad de carácter infeccioso, tan peligrosa como la viruela o el ántrax y habitual en el noreste de Estados Unidos, Europa y Asia. La bacteria que la provoca es la Francisella tularensis y debido a su fuerte resistencia medio ambiental (resiste el frío a temperaturas bajo cero e incluso a la lejía), la convierten en una amenaza para la salud pública. Aunque reside en roedores, ratas y conejos, el contacto humano con un animal infectado es motivo de contagio inmediato y también la inhalación o ingestión de agua o comida contaminada con la bacteria. Afecta también a animales domésticos (herbívoros y pequeños carnívoros) y otros mamíferos, aves, reptiles y anfibios. Su peligrosidad es tal que es considerada un arma biológica muy poderosa. Su fatal descubrimiento se produjo en 1911, cuando la epidemia contagió a numerosas ardillas que aparecieron muertas junto al lago Tulare, en California, del que tomó su nombre. Un poco después, en plena Segunda Guerra Mundial, la extinta Unión Soviética utilizó la Tularemia como arma contra el ejército alemán que se encontraba en Stalingrado. Las bajas fueron cuantiosas pero afectaron tanto a un bando como al otro. Afortunadamente la bacteria también tiene su talón de Aquiles: es sensible a la luz del Sol. Media hora de exposición solar es suficiente para acabar con ella. De ahí que el invierno sea la época más problemática para obstaculizar su infección.

sábado, 22 de febrero de 2014

¿Culpable o Inocente?

El caso del sonámbulo homicida: ¿culpable o inocente?



A sus 43 años, Scott Falater, vecino de Phoenix (Arizona), tenía un buen sueldo, un trabajo reconocido y una casa con piscina donde vivía con su mujer y sus dos hijos. Todo iba bien hasta que la noche del 16 de enero de 1997,mientras los niños dormían y él aparentemente también, mató a su mujer tras asestarle 44 puñaladas, arrojó su cuerpo a la piscina y guardó su vestido manchado de sangre en el maletero del coche. Al día siguiente no recordaba nada. Según los expertos de la defensa, entre los que figuraba Rosalind Cartwright, psicóloga especializada en trastornos del sueño y profesora de Neurociencia en la Rush University Medical Center de Chicago, Falater había sufrido un episodio de parasomnia; en concreto, un tipo de sonambulismo que, en contadas ocasiones, puede desembocar en conductas violentas.

“Si se demuestra que un individuo es sonámbulo y, en ese estado, comete un delito, puede quedar indemne”, asegura Cartwright. Sin embargo, Falater fue declarado culpable, un veredicto desacertado en opinión de la psicóloga, quien recuerda que los hijos del acusado y sus padres declararon a su favor. “El experto del sueño presentado por la fiscalía convenció al jurado de que Falater había planeado el asesinato y de que estaba despierto cuando lo cometió, aunque no había pruebas de tal cosa”, recalca Cartwright. Pero, puesto que el sonambulismo en los adultos es muy poco frecuente, poco pudo hacer la defensa, y Scott Falater fue condenado a cadena perpetua.

Fuente:

lunes, 17 de febrero de 2014

Mensajes en los cuentos infantiles

¿Qué mensajes ocultan los cuentos infantiles?


El cuento de Caperucita Roja revela la sexualidad de una niña en la pubertad para la que no está preparada. Duda entre lo que quiere hacer y lo que le dice su madre que debe hacer. Hay un componente de narcisismo, pues le gusta ser seducida y que el lobo –trasunto del padre– le dedique toda su atención. El mito de Eva está representado en el hecho de que es la figura femenina la que se deja tentar por su curiosidad. Caperucita desobedece la orden de no hablar con desconocidos y se deja embaucar por el lobo.
El relato diferencia entre el poblado, habitado y seguro, y el bosque, lleno de peligros. Esta contraposición eratípica de la Edad Media, cuando se gestó originalmente el cuento. En los cuentos, los personajes son o buenos o malos. Maldad y bondad nunca están presentes a la vez en una persona, como ocurre en la realidad, sino en forma de arquetipos. Y es que los niños no están preparados para la ambigüedad, necesitan certezas que la literatura les proporciona. La literatura cumple una función terapéutica.
Casi todos los niños temen el sexo, pero a la vez quieren descubrir los secretos eróticos de los adultos. En la versión de Perrault, Caperucita está asustada y a la vez fascinada por el lobo –"¡Qué boca tan grande tienes!"–. Inconscientemente, busca la excitación. Bruno Bettelheim dice en Psicoanálisis de los cuentos de hadas que "muchos padres creen que deben ocultar a sus hijos los instintos de sexo y violencia y solo presentarles la cara amable de la vida". Pero los cuentos, en sus versiones antiguas, sí mostraban ese lado oscuro, aunque con el tiempo se fueron edulcorando. Por ejemplo, en la Caperucita de Perrault (1697), el lobo se come a la niña y a su abuela. En cambio los hermanos Grimm introdujeron al cazador que las salva en su versión de 1812. La norma del final feliz se hizo obligatoria en las películas de Disney.