No para de sucederse la violencia vicaria.
No soy persona que crea en la pena de muerte, pero que se lo merecen, pues si, se lo merecen. El peor dolor que una madre puede sentir es perder a un hijo, mucho más si este, es asesinado por su propio padre, y digo padre, por decir algún nombre, porque asesinar a tu propio hijo, no es de ser padre, es de ser una piltrafa de ser, que no sabe solucionar los problemas como los hombres y su frustración y furia la paga con los seres más débiles e inocentes, los niños. Acto impensable, para la mente normal.
No, no creo en la pena de muerte, ¡qué más quisiera yo! Pero sería y me consideraría igual que estas piltrafas, una asesina. Qué la justicia lo castigue con todo el peso de la ley y que Dios, si puede, le perdone.
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