"Mañana es la única
utopía"
José Saramago
Frecuentemente
me preguntan que cuántos años tengo...
¡Qué importa eso!
Tengo la edad que quiero y siento.
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.
Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
No quiero pensar en ello.
Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo. Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven, no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las
ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de
consumirse en el fuego de una pasión deseada. Y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar,pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el
camino derramé al ver mis ilusiones rotas... valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta! Lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia
adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y
siento.
José Sramago
Premio Nobel
Literatura 1998.
8 comentarios:
Te quiero preciosa!
Se es viejo cuando uno se siente gastado, y eso no se mide por los calendarios acumulados.
Te dejo un abrazo!
Es viejo quién tiene tiempo para sentirse así, también cuando nos domina el aburrimiento y las pocas ganas de hacer o se tiene como utopia la nada, de esta manera, uno en cada respiración envejece irremediablemente. Morir en la vida es fácil, es dejarse arrastrar por los acontecimientos. La muerte acecha siempre tras el conformismo y las pocas ganas de ser feliz. Un besito Ana.
Saramago siempre decía: ¡Cuanto más viejo me hago, más radical!
Era un sabio que nos enseñó multitud de cosas, entre ellas que el espíritu nunca envejece cuando se tiene algo por lo que luchar y verdaderamente se cree en ello.
Un beso, querida Ana, espero que te encuentres muy bien.
Lidia
hay que ver "José y Pilar" para terminar de admirarlo más
lo extraño
...lo que mi corazón sienta...han dado en el clavo..un abarzo desde Murcia...
Yo creo que lo de la edad es un tópico,yo tengo 40 y me pesan mucho y es que la tristeza es un bagaje del que es difícil desprenderse,un abrazo.
Hola mi querida Ana,No te he podido encontrar antes,pero lo que leo es precioso,,No es la edad,que nos dice el carnet,lo que importa,y que de verdad cuenta es lo que sentimos en nuestro interior
Besos de corazon y gracias
Publicar un comentario