El
verano. Maravilla de estación. Sol, playa, poca ropa, bebidas refrescantes,
comidas ligeras. Reuniones con los amigos, a los que durante el largo invierno
no te puedes reunir tanto como uno quisiera. Risas, felicidad y fiesta
nocturna. Todo un elenco de posibilidades que recordaremos durante el resto del
año. Pero…Durante este tiempo;
¿Se
respeta el medio ambiente? ¿Se hace uso adecuado de los desperdicios que
generamos? Con la serotonina elevada que nos provoca euforia y un estado de felicidad
sin igual, nos pensamos los dueños de este Planeta.
La playa, el mar, son los que más lo sufren. Palos, cañas, compresas, botellas,
bolsas de plástico. Desperdicios que no son biodegradables, son los causantes de
muertes de peces y que hacen peligrar la extinción de la especie. No. No somos
conscientes. Por muchos millones de dediquen a la publicidad para concienciar
al ser humano, este, es el mayor peligro para la vida de otras especies. El
respeto al medio ambiente, el respeto por otros animales y especies, el respeto
en general por un Planeta maravilloso,
pero que no es nuestro, sino, que nos ha sido prestado para vivir, harán que
muchos animales y especies marinas no se vean amenazados como ahora están. El
ser humano no es consciente de que sin estas especies no hay vida, el Planeta muere. Por tanto, es la propia extinción
del ser humano.
Artículo:
por Ana Giner