Importante

Nota: Es mi lema frente a la vida, es respetar a los demás, tal y como me gusta que me respeten a mí. Amo a los animales por encima de muchos humanos. Casi siempre me dejo guiar por el corazón, aunque me lleve muchos disgustos. Soy amiga de mis amigos y los defiendo con la mejor arma que tengo, con sinceridad y la verdad. Aun no siendo rencorosa y perdonar con facilidad, aparto sin temblarme el pulso, a las personas toxicas y no perdona la traición a mi amistad. Si no te gusta mi manera de pensar, si no eres defensora/ or, de los animales; no me interesas ni como humano, ni como amigo. Te agradecería que me borraras de tus amigos y salieras de esta página.

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miércoles, 2 de julio de 2014

Un análisis para detectar el cáncer

Un análisis de sangre para detectar el riesgo de cáncer de mama


Un equipo de investigadores de la University College de Londres (Reino Unido) está desarrollando una técnica cuyo objetivo es que a través de un simple análisis de sangre pueda detectarse la probabilidad de que una mujer desarrolle cáncer de mama. El estudio ha sido publicado en la revista Genome Medicine.

Los científicos han identificado por primera vez una firma epigenética que puede detectarse en la sangre de las mujeres que tienen la mutación genética hereditaria que las predispone al cáncer de mama. La mutación en cuestión se produce en el gen BRCA1 y se cree que es responsable de un 10% de todos los cánceres de mama.

“Hemos identificado una firma epigenética en las mujeres con un gen BRCA1 mutado que estaba vinculado a un mayor riesgo de cáncer y a tasas de supervivencia más bajas. Sorprendentemente, encontramos la misma firma en grandes cohortes de mujeres sin la mutación BRCA1 y pudo predecirse el riesgo de cáncer de mama varios años antes del diagnóstico”, afirma Martin Widschwendter, líder del estudio.

Los investigadores creen además que la firma epigenética puede ser la responsable de silenciar los genes en las células inmunes. Si esto sucede, el sistema inmune de la paciente es menos capaz de prevenir el desarrollo del cáncer de mama.

Si se confirma la utilidad de este descubrimiento como biomarcador del cáncer, podría disponerse de una herramienta sencilla y rápida de predicción de riesgo de tumores en mujeres que no poseen la mutación en el gen BRCA1.

 

lunes, 23 de junio de 2014

Hablando con mi madre

 Contigo

Estoy sentada frente al mar, siempre frente al mar. Ese que en tantos momentos críticos de mi vida, me ha visto llorar, lamentarme de mis desgracias, y de mis alegrías. Me ha visto reír, llorar, abrazarle en sus brazos con forma de olas, y secarme bajo los rayos de sol. La paz que siento cuando escucho el oleaje, cuando sentada mirando al horizonte, es una sensación inexplicable,  por eso es tan importante el mar en mi vida. Es como una madre que nos abraza derramando el cariño desinteresadamente. Madre. Mi madre. ¡Cuántas cosas se quedan por decir! Sonrío.  Sonrío, porque siempre que voy a contarle al mar, estás a mi lado, te siento a mi lado y me vienen a la mente, recuerdos. Tantos años queriendo ser mayor, poniéndome tus tacones, tus vestidos, ese perfume que me envolvía toda a ti, queriendo o mejor dicho, intentando ser como tú. Mira por dónde, al fin esos deseos de ser mayor, se han cumplido sin remedio. Ya soy adulta. Y digo sin remedio, porque me hubiera marchado contigo, pero la vida por lo visto tenía otros planes para mí.
La extremada sensibilidad, esa que me caracteriza y me da a veces disgustos, te presienten.
Recuerdo como si todavía estuviera dentro de ti. Era precioso mamá, lo recuerdo con precisión. El olor de tu cuerpo me hacía moverme, patalear y hablar, hablar sin parar, ya sé, ya sé, que no me podías oír, pero yo a ti sí, aunque si te soy sincera, creo que en cierta manera si me oías, pues, acariciabas tu vientre cuando yo delicadamente y al mismo tiempo, acariciaba las paredes de tus entrañas. Sentía mías, tus alegrías y también tus tristezas. Recuerdo cuando comías, esa comida que tanto te gustaba, que te comías con ansia hasta terminarla y te quedabas con ganas de más, pues esa misma comida, la he heredado, las dos sabemos cuál es. También heredé alguna de tus manías, esas que me daban tanta rabia en aquel momento, también no todas, pero he heredado algunas de tus virtudes. Te enfrentaste a la vida de frente, sin miedo y afrontando sus consecuencias, pasaste muchas penas y tragos muy duros. Pero eras la mujer más fuerte que he conocido como, la vida se encargó de ello.
Tengo un tanto borroso, cuando me distes a luz, ya que por aquel entonces era una bebé, entonces, alguien cortó esa unión, ese vínculo que nos unía a las dos, lloré, vaya si lloré, pero después de darme aquella mujer una paliza para ello. Ese día, para ti, fue el más grande, la dicha, la felicidad y la alegría, se concentró en esencia, dentro de aquella habitación. Ahora aquí, junto a mi mar, caigo en la cuenta que el día que la muerte te arranco de mi lado, fue el peor de mi vida. Es curioso como la muerte se encarga de volver a cortar ese vínculo que al nacer cortan por primera vez. Me sentí en la más absoluta oscuridad, pequeña, abandona, con la sensación incrustada en mi ser de soledad, esa que provoca angustia de haber perdido a la persona más importante de la vida de un ser humano. La madre. Y ¿Quién cuestiona el amor tan grande que se le tiene a una madre, aun después de su muerte?
¡Nadie!
Ana Giner
                                               Continuará…

lunes, 19 de mayo de 2014

Antidepresivos

Los antidepresivos ayudan a prevenir los síntomas del alzhéimer



Un equipo de investigadores de las universidades de Pensilvania y Washington (EEUU) ha descubierto que los efectos de los antidepresivos comunes previenen los síntomas del alzhéimer. El estudio, ha sido publicado en la revista Science Translational Medicine.

El citalopram es un fármaco utilizado desde 1998 para el tratamiento de la depresión y son precisamente sus componentes los quedetienen el crecimiento del péptido beta amiloide, que se agrupa en placas en el cerebro y desata el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, según descubrieron los investigadores durante el experimento realizado tanto en humanos sanos (de entre 18 y 50 años) como en ratones modificados genéticamente para desarrollar alzhéimer.


Concretamente, tras la exposición al citalopram, el nivel de beta amiloide en el líquido intersticial del cerebro de los ratones con alzhéimer disminuyó de una manera dependiente de la dosis hasta en un 25%. El efecto del fármaco detuvo el crecimiento de las placas que ya existían y evitó que se formaran nuevas. Por otro lado, en el experimento con humanos, quienes tomaron citalopram presentaron una concentración de beta amiloide un 38% más baja que los que recibieron placebo.


“En trabajos anteriores se observó, mediante tomografía por emisión de positrones (PET), una asociación entre la duración del uso de antidepresivos y la carga amiloide en los cerebros de los voluntarios de edad avanzada. Nuestra nueva investigación va un paso más allá y prueba el efecto del citalopram en los niveles de amiloide en el líquido cefalorraquídeo de los sujetos sanos jóvenes, lo que tendría un impacto importante en la prevención o retraso de la progresión del alzhéimer”, afirma Yvette Sheline, autora principal del estudio.