Importante

Nota: Es mi lema frente a la vida, es respetar a los demás, tal y como me gusta que me respeten a mí. Amo a los animales por encima de muchos humanos. Casi siempre me dejo guiar por el corazón, aunque me lleve muchos disgustos. Soy amiga de mis amigos y los defiendo con la mejor arma que tengo, con sinceridad y la verdad. Aun no siendo rencorosa y perdonar con facilidad, aparto sin temblarme el pulso, a las personas toxicas y no perdona la traición a mi amistad. Si no te gusta mi manera de pensar, si no eres defensora/ or, de los animales; no me interesas ni como humano, ni como amigo. Te agradecería que me borraras de tus amigos y salieras de esta página.

Vistas de página en total

miércoles, 3 de abril de 2024

AnimaNaturalis cumple 21 años

 

AnimaNaturalis existe desde hace 21 años por la entrega de sus voluntarios y las personas que trabajan para esta causa. Existe también por la necesidad imperiosa de defender a los animales de la explotación y maltrato en manos humanas.
Sigue la noticia desde : AnimaNaturalis

miércoles, 13 de marzo de 2024

La carta de una abuela, a los jóvenes de todos los partidos.



“ Dicen que con Franco se estaba mejor “
Y yo tengo la explicación: ANTAÑO, con Franco, millones de mujeres no se iban (sin su marido) ni de fiesta, ni de copas, ni de viaje, ni a la playa, ni a conciertos, ni al cine, ni de paseo, ni gimnasios, ni esteticien, ni al fútbol, ni de acampada…. Se vestían con faldas muy largas, con medias todo el año, sin enseñar piernas, sin enseñar brazos, sin enseñar escote ni espalda… Sin tatuajes, sin piercings, sin cabellos tintados, sin maquillaje, sin depilación.

La mujer era usada (por el varón) para el sexo y era una buena chacha para la casa… si protestaba su marido, le plantaba una bofetada para «enderezarla». No podía fumar, ni comprar pisos, ni conducir, ni divorciarse, ni ducharse todos los días, ni arreglarse demasiado, ni protestar ni decidir a quién votar o cuando y como fornicar.. sólo parir y parir aunque costará la vida.

Se vivía en negro cuando fallecía un familiar y sólo de blanco (casada) si te «quería» un hombre y para toda la vida. Eras insultada si hablabas con amigos varones (puta) si no hablabas con varones (fea y solterona). Tus juguetes eran las muñecas, la fregona, la caja de costura … y tú obligación, aprender a cocinar, a limpiar, a criar niño@s, rezar el rosario y complacer al marido día y noche. Ni pelota, ni videojuegos, ni bicicletas, ni patinetes….eso era de chicos (rosa para ti y azul para él).

Todos los domingos a misa, las fiestas a misa, la semana santa a misa, en Navidad a misa y también al fallecer.. a misa, ataúd y entierro (incineración ni pensarlo) porque para ser una buena mujer católica, tenías que ser «devorada» por los gusanos. En invierno mantita o brasero (nada de calefacción) y en verano el abanico (sin aire acondicionado). Se comía mucho arroz, mucha patata, mucho pringue, mucho chóped, y mucho pan con aceite, ajo y sal, porque las pizzas, jamón serrano, salmón, ternera, gambas o comer fuera del hogar, era cosa de ricos. Podría seguir así durante horas pero PA QUÉ.

Carta
Es muy fácil disimular «demencia senil» con un móvil último modelo, con un coche en la puerta, con un televisor de 30 pulgadas, con un armario repleto de ropa, con la nevera llena y la casa caliente, con una visa en la cartera y enchufado a Internet. Con poder decidir quién te quiere, como vestir, quienes son tus amigos y gritar no es no cuando te de la gana; ir a la verbena, a la playa, al bar y mirar la hora y ver que son más de las 10 de la noche y aún no te han obligado a volver a casa.

Es muy fácil hablar y vitorear tiempos pasados, desde la ignorancia, la hipocresía o la mentira qué algunos Con un pequeño gemido hasta quieren «blanquear» para venderles a los más jóvenes, ese mundo feliz que nunca existió.

martes, 2 de enero de 2024

Cociente Intelectual

Así fue la vida de la persona más inteligente de la historia: duplicaba el cociente intelectual de Einstein

William James Sidis, la persona más inteligente de la historia© Proporcionado por Business Insider España

Cuando te vienen a la mente las personas más inteligentes de la historia, seguro que piensas en Einstein, Leonardo da Vinci o Stephen Hawking. Luego famosos que sorprendieron por su coeficiente, como Marilyn Monroe (que tenía 165, 5 más que Einstein) y personas anónimas. Una de ellas, o al menos una historia poco conocida, es la de William James Sidis, la considerada persona más inteligente de la historia.

En la historia del conocimiento humano, pocos nombres resuenan con la singularidad de William James Sidis. Su relato no es solo la crónica de una mente excepcional, sino también un reflejo de cómo la sociedad a veces malinterpreta y margina a aquellos que se desvían de la norma. Comprender la vida de Sidis requiere una mirada a su familia, especialmente a su padre, Boris Sidis, cuya influencia fue decisiva en su desarrollo intelectual.

El canal divulgativo de YouTube de Raquel de la Morena nos adentra en la historia de William James Sidis.

Boris Sidis: el arquitecto de un genio

Un genio nace o se hace. La cuestión de siempre y que en este caso podría tener ambas respuestas afirmativas. Sus cualidades eran tan excepcionales, que tenían algo de innatas, pero también, como verás, su educación se dirigió exclusivamente a formar a un superdotado.

Nacido en Ucrania en 1867, Boris Sidis emigró a Estados Unidos después de enfrentar la persecución en el Imperio ruso. Su matrimonio con Sarah Mandelbaum, también de ascendencia judía y educada en medicina, fue el inicio de una pareja intelectualmente formidable. Boris, graduado de Harvard, se especializó en psicología, aportando ideas significativas en el tratamiento de las psicosis funcionales y la psicología anormal.

La infancia extraordinaria de William Sidis

El 1 de abril de 1898 nace William James Sidis, destinado a ser el sujeto de los innovadores métodos educativos de su padre. Desde temprana edad, mostró habilidades sorprendentes: a los seis meses pronunció sus primeras palabras y a los tres años leía a Homero en griego.

La educación de Sidis, lejos de la convencionalidad, estuvo marcada por la estimulación intelectual constante, una decisión de sus padres que definiría su vida y futura relación con el mundo.

El joven prodigio y los desafíos de la genialidad

La infancia y adolescencia de Sidis estuvieron marcadas por logros académicos sin precedentes: dominó múltiples idiomas, mostró una comprensión avanzada de conceptos matemáticos y fue admitido en Harvard a los once años.

Sin embargo, esta vida de logros tempranos también fue una de aislamiento y desafíos emocionales, planteando interrogantes sobre el equilibrio entre la genialidad y la salud mental. La intensa atención mediática y la presión para cumplir con las altas expectativas de sus padres contribuyeron a un agravamiento de su salud mental.

Una vida adulta marcada por el costo de la fama y por su inteligencia

La inteligencia puede ser una bendición o una maldición, y para Sidis fue claramente lo segundo. A medida que crecía, Sidis se encontró en una constante batalla entre su deseo de una vida normal y las demandas de una sociedad fascinada por su genio. Tras su graduación, evitó los focos de atención y ocupó empleos de bajo perfil y cualificación, a menudo ocultando su identidad para evitar el escrutinio público.

La paradoja de la inteligencia intelectual frente a la emocional. La educación intensa y enfocada en la academia dejó a Sidis mal equipado para los desafíos sociales y emocionales de la vida adulta. A pesar de su intelecto prodigioso, luchó por encontrar su lugar en un mundo que valoraba diferentes tipos de inteligencia y habilidades.

Sin embargo, a pesar de su retiro de la vida pública, Sidis realizó aportaciones significativas en varios campos. Publicó trabajos en áreas como la historia de los pueblos nativos americanos y propuso teorías en física y matemáticas. Su libro Lo Animado y lo Inanimado especula sobre la existencia de universos con leyes termodinámicas inversas, una idea que se adelantó a su tiempo. Pero ni de lejos llegó a su potencial. Sidis no realizó contribuciones significativas a la ciencia o la academia en la forma que muchos esperaban y acorde a su intelecto.

¿Cuál fue el cociente intelectual de William Sidis?

Se estima que el cociente intelectual de Sidis estaba entre 250 y 300, superando significativamente el estimado para figuras como Albert Einstein. Sin embargo, esta cifra debe ser vista con precaución, ya que se basa en relatos de terceros y métodos de evaluación de la inteligencia que han evolucionado con el tiempo. Pero, a tenor de sus capacidades y logros, en cualquier estudio riguroso actual estaría cercano o alcanzando los 200.
La vida de William Sidis es un recordatorio de que la inteligencia extraordinaria no garantiza felicidad o éxito en los términos convencionales. Sus experiencias plantean preguntas importantes sobre la crianza de los niños prodigio y cómo la sociedad ve y valora diferentes tipos de inteligencia. No hay duda de que la historia de Sidis es un estudio fascinante de las intersecciones entre la mente, la educación y la comprensión humana.